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1
Mezcle el agua tibia con la levadura.
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2
En un tazón con una batidora eléctrica, mezcle la harina, el azúcar, la sal, la mantequilla, el huevo y la mezcla de levadura hasta que la masa sea consistente, unos 10 minutos.
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3
Pasar la masa a un tazón grande engrasado y cubrirla con papel film. Colóquelo en un lugar cálido y deje que la masa suba hasta que doble su tamaño, unas 2 horas. Dependiendo de la temperatura de su cocina, esto puede tomar un poco menos de tiempo, o un poco más.
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4
En una olla grande de fondo grueso, calentar el aceite a 170 °C.
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5
Cuando la masa haya doblado su tamaño, pásela a una superficie ligeramente enharinada. Con una rasqueta o un cuchillo, divida la masa uniformemente en pequeñas bolas. Es posible que tenga que enharinar ligeramente las manos para esto, ya que la masa puede ser un poco pegajosa.
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6
Doble la masa sobre cada galleta para cubrirla completamente. Cubrir con un paño de cocina y dejar reposar durante unos 20 minutos hasta que estén ligeramente hinchados y delicados.
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7
Añada con cuidado los donas al aceite, unos cuantos a la vez. Freír durante aproximadamente 1 minuto o hasta que se doren por todos los lados.
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8
Pasar a una rejilla y espolvorear con azúcar glass.
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9
Servir inmediatamente.